sábado, 9 de octubre de 2010

Los Cristianos y la Pornografia_Parte III

Cristianos y la Pornografía. Parte III
Publicado en Artículos el 29 Julio 2010 - Tiempo de lectura 4'05 minutos

Si estás metido en este pecado de pornografía hay dos tendencias que debes resistir. Una de ellas es la tentación secundaria de justificar tus acciones. Frecuentemente el uso de la pornografía viene en parte de frustración con la experiencia sexual, sea por ser un joven soltero o por insatisfacción en la relación sexual o emocional del matrimonio. Y muchas veces esa frustración se convierte en una justificación. Por ejemplo,
* “es verdad que está mal usar la pornografía. Pero el caso mío es diferente. Yo estoy en una situación en la cual es extremadamente difícil obedecer y por eso no está tan mal. Dios entenderá.”
O, “mi esposa nunca está disponible para mí. ¿Qué voy a hacer? Por lo menos así obtengo la satisfacción que como hombre merezco. No es ideal, pero no es tan malo tampoco. Es parte de mi naturaleza.”
O, “después de todo, es mejor que haga esto que cometa el adulterio en vivo. Realmente me está ayudando a ser más fiel a mi marido.”
Sin negar que quizás tengas razón y que quizás no está bien el tratamiento que recibes de tu cónyuge, o que eres soltero desde hace años y quieres casarte pero no puedes, o alguna otra situación, debes de todos modos reconocer que no está bien usar la pornografía. Son dos cosas separadas. Tus frustraciones, tus desánimos personales – eso es una cosa. Afirmo que son importantes y que debes resolverlos de una manera u otra. Pero el uso de la pornografía es otra cosa totalmente diferente que siempre está mal, sin referencia a tus circunstancias. Es más, si tienes un problema relacional en tu matrimonio la pornografía solo hará las cosas peores. Pues ahora no estás solo comparando a tu esposa o marido con lo que quisieras que fuera, sino con mujeres y hombres totalmente ideales que solo existen en el ciberespacio y en la imaginación sexual del ser humano. Solo estás garantizando que nunca estarás satisfecho en tu situación. Si eres soltero te estás preparando para una brusca sorpresa cuando te cases, pues tu experiencia sexual no será nada como lo que has visto en la pantalla. Tu querida mujer u hombre será un ser humano precioso, no un objeto sexual.
Tú sabes que está mal, no te mientas a ti mismo, no inventes excusas y justificaciones. Acéptalo por lo que es (pecado). Empéñate en obtener la victoria, pues te está debilitando. Tráelo a Dios y acepta su gracia para cambiar.
Esto me lleva a la segunda tendencia que debes resistir. No te dejes estar tan cargado con este pecado (que es muchas veces difícil de conquistar) que no puedes progresar. No te quedes ahí en el piso como un pedazo de plomo derretido y recongelado. ¿Cuántas veces crees que Dios te perdonará este pecado de usar la pornografía? ¿Dos veces? ¿Siete veces? ¿Treinta veces? Jesús nos dice que nosotros deberíamos perdonar un sinfín de veces (Mateo 18:21-23). ¿Te crees que Dios te perdonará menos veces a ti cuando cometes algún pecado? Su gracia es suficiente para ti. Es suficiente para que crezcas y salgas de esto mientras que también tropiezas y caes y tengas que repasar los mismos pasos otra vez. Dios no se cansa de darnos su gracia y su perdón. No vivas como si fueras condenado, pues no lo estás. La sangre de Cristo te ha limpiado y todavía te limpia. El riesgo no es que Dios deje de perdonarte, sino que el pecado te tuerce y te distorsione tanto que no quieras ya recibir su perdón y su gracia. Es decir, el pecado te puede cambiar a ti (es un riesgo muy serio), pero nunca cambiará a Dios. Él es más misericordioso de lo que sabes y siempre puedes volver a él.
Entonces, está mal y no deberías hacerlo. Pero es solo a la oscura luz de de tu insuficiencia que podrás ver el poder de Dios cada día. Vivir entremedio de estas dos realidades (tu pecado y Su gracia) es quizás la dinámica más difícil y más profunda de la vida espiritual. Debes trabajar. Debes orar, humillarte, poner tus deseos al lado, debes meditar en las escrituras. Y sobre todo debes pedir la gracia de Dios sin la cual no puedes hacer ninguna de esas cosas. La victoria está a tu alcance, pues está al alcance del Dios que está obrando dentro de tí. Lo que estoy diciendo es:
…lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento (Filipenses 2:12-15).
Saquémoslo a la luz
Finalmente, hablemos más acerca de esto. Muchas veces un buen sermón acerca de algún problema nos ayuda mucho, pues la próxima vez que se presenta una oportunidad nos acordamos que no estamos solos, que es importante no caer en la tentación, que a otros les importa.
Por buena razón Dios nos ha dado el comando de predicar la palabra, pues es “útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia.” (2 Timoteo 3:16) Pero ¿cuándo fue la última vez que oíste o predicaste un sermón acerca de la pornografía? Hermanos, esto es real. Está con nosotros, aunque no queramos admitirlo. Debemos sacarlo a la luz, aunque nos duela, o nunca tendremos la victoria. Pastores, les doy el reto: ¡prediquen acerca de esto! Prediquen la ley pero prediquen mayormente la gracia.
Escrito por Roberto Haskell
Director del ministerio de capacitación Senderis y autor del libro Interpretación Eficaz Hoy.

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